domingo, 28 de noviembre de 2010

Inmunización

La vacunación y la higiene son componentes fundamentales para la prevención del parvovirus canino. La desinfección con hipoclorito al 50% o puro son aconsejables. La vacunación es muy importante debido a que los cachorros son extremadamente susceptibles a la infección, particularmente porque la inmunidad natural provista por los anticuerpos maternos adquiridos a través del calostro disminuye antes de que el animal madure su propio sistema inmune. Los cachorros de hasta tres meses de edad son particularmente susceptibles a la infección debido a que los anticuerpos maternos pueden interferir con la vacunación y pueden ser insuficientes para prevenir la infección natural.
Las concentraciones de anticuerpos se relacionan directamente con el grado de protección. En la actualidad, en el comercio existen vacunas frente a la parvovirosis tanto de virus inactivado como de virus vivo modificado. La vacuna de parvovirus inactivado generalmente se prepara tratando el virus con formol, con propiolactona, y con etilenimina binaria (BEI), en medio sin suero. La vacuna de parvovirus inactivado induce una inmunidad activa, pero a las 2 o 3 semanas es preciso administrar una dosis de recuerdo. La vacuna inactivada debe tener una elevada concentración de virus y contener un adyuvante eficaz. La vacuna a base de parvovirus vivo modificado induce la mayor respuesta de anticuerpos, y una dosis única de la vacuna es capaz de superar los Acs de la madre para producir una inmunidad activa en los cachorros. Para inducir una protección sólo se necesita una dosis única de la vacuna viva, y la eficacia de la vacuna no disminuye cuando se mezcla con otras vacunas víricas o bacterianas.
Las vacunas vivas o modificadas de la panleucopenia felina también confieren inmunidad frente a la infección por el parvovirus canino, si bien inducen una respuesta de Acs séricos neutralizantes menor que las vacunas preparadas con el parvovirus canino.
En la actualidad se dispone de vacunas efectivas para prevenir la infección por CPV-2. Tanto las vacunas a virus atenuado modificado como las inactivadas han demostrado inmunizar a los cachorros susceptibles, (seronegativos). Las cepas atenuadas de CPV provienen de pasajes repetidos de los virus en cultivo celular. No se conoce el mecanismo que produce la mutación y la atenuación del virus, pero los virus vacunales se eliminan en títulos bajos por las heces, lo que sugiere que la ausencia de enteritis se debe a la disminución de la replicación viral en el intestino. En forma experimental, las vacunas a virus vivo han mostrado proteger por lo menos 3 años o más. Las vacunas inactivadas, sin embargo, brindan una inmunidad a la infección de duración limitada, aunque los perros pueden quedar protegidos contra la enfermedad por varios meses. Para la profilaxis de la parvovirosis las vacunas preparadas con virus vivo modificado, (MLV) han demostrado ser más efectivas que las vacunas inactivadas. Esto ha llevado al retiro virtual de las vacunas inactivadas del mercado alemán, mientras que las vacunas MLV han mostrado ser seguras, no inducir enfermedad, ni reversión de la virulencia, así como tampoco generación confirmada de "nuevos virus" a partir de los virus vacunales.
Existe una fuerte correlación entre los títulos de los anticuerpos HI, de los seroneutralizantes (SN) y de la resistencia a la infección con CPV. La prueba HI es útil para la determinación de los anticuerpos que se correlacionan con inmunidad. Los títulos > 1:40 ó 1:80 como los detectados con HI, son considerados protectores. Los valores máximos de infección se encuentran en cachorros de más de 6 semanas de edad. Como ocurre con otras enfermedades infecciosas de los perros los cachorros nacidos de madres inmunes están protegidos durante las primeras semanas de vida por los anticuerpos maternos adquiridos a través del calostro. La inmunización exitosa con la mayoría de las vacunas, puede realizarse con un grado elevado de confianza solamente en cachorros seronegativos, o en cachorros con títulos de anticuerpos muy bajos. Los anticuerpos maternos se adquieren durante los primeros 2 - 3 días de vida, declinando posteriormente, con un promedio de vida media de 9 - 10 días. Los títulos de los anticuerpos adquiridos en forma pasiva con valores inferiores de 40 - 80 no se consideran protectores contra la infección, pero ellos generalmente interfieren con la inmunización. Hay un "período crítico" ("ventana de vulnerabilidad"), en el cual los anticuerpos maternos no están presentes en la cantidad necesaria como para brindar protección. No obstante, estos anticuerpos pueden neutralizar al virus vacunal, impidiendo la inmunización, constituyéndose este hecho en el mayor problema para lograr la inmunización en los cachorros antes de las 12 semanas de vida. En los cachorros provenientes de madres que han sido infectadas con un parvovirus virulento, la interferencia de los anticuerpos maternos con la vacunación puede durar hasta las 18 ó 20 semanas, pero más del 90% de los cachorros originarios de las poblaciones vacunadas responden a las vacunas hasta las 12 semanas de edad. Poco se conoce sobre la inmunidad celular en las infecciones por CPV, pero se sabe que los anticuerpos neutralizantes se correlacionan con la protección, por lo tanto la determinación de estos permite una valoración del grado de inmunidad.
Después de la vacunación puede producirse una linfopenia transitoria (4-6 días) y eliminación del virus vacunal en heces.
Generalmente la vacunación de los perros se realiza con vacunas multivalentes las cuales contienen virus de distemper canino, parvovirus canino, adenovirus canino, bacteriana de leptospira y virus de la rabia inactivado. También están disponibles vacunas de CPV monovalentes. Algunas de ellas contienen títulos muy altos (hasta 107 DICT50) y son altamente recomendadas para la primera vacunación de los cachorros. En Alemania la práctica más común es vacunar los perros a las 8 semanas de edad contra los virus CDV, CAV, CPV y contra la leptospirosis. Este esquema se completa con otra vacunación a las 12 semanas, usando CDV, CAV, CPV, bacteriana de leptospira y antígeno de virus rábico. En los criaderos que han presentado parvovirosis, la vacunación está recomendada a las 6 semanas de edad con una vacuna CPV monovalente.
Los dos esquemas descritos anteriormente, han sido recientemente analizados en un estudio con 400 cachorros provenientes de 60 camadas y vacunados con vacunas de 4 fabricantes. En este estudio el 60% de todos los animales seroconvirtieron a las 6 semanas de edad después de una dosis única de vacuna CPV monovalente, o a las 8 semanas de edad con una vacuna multivalente. A las 12 semanas de edad al finalizar el plan de vacunación, cuando todos los animales habían recibido 2 ó 3 inoculaciones, dependiendo del esquema de vacunación aplicado, cerca del 10% de los cachorritos aún no habían seroconvertido. La razón principal de la falta de respuesta fue la persistencia de niveles de anticuerpos maternos interferentes. Ninguna de las vacunas analizadas fue capaz de superar los títulos de anticuerpos maternos de 1:160 ó más altos, independiente de si las vacunas eran "vacunas de títulos altos" o no. En los cachorros la distribución de los títulos de anticuerpos maternos fue muy homogénea entre la camada y el 97% de los cachorros tuvo diferencias en el título máximo, de una ó 2 diluciones cuando se le compara con los otros integrantes de la camada. En contraste la caída de los títulos de anticuerpos maternos no fue tan uniforme como lo esperado y la serología no fue lo suficientemente precisa como para utilizarse como la base para la estimación del mejor momento para efectuar una inmunización exitosa.
Basado en el estudio anterior, se recomienda el siguiente esquema general de vacunación:
   1. Vacunación a las 6 semanas de edad con una vacuna monovalente conteniendo CPV.
   2. Vacunación a las 8 semanas de edad con una vacuna multivalente conteniendo CPV, CDV, CAV, y bacteriana de leptospira.
   3. Vacunación a las 12 semanas de edad con una vacuna multivalente conteniendo CPV, CDV, CAV, bacteriana de leptospira y antígeno de virus de la rabia.
   4. Vacunación a las 15 ó 16 semanas con una vacuna multivalente conteniendo CPV, CDV, CAV, bacteriana de leptospira y antígeno de virus de la rabia.
Es recomendable vacunar a la madre antes de que la misma entre en celo.
Si es necesario desarrollar un esquema de vacunación individual, puede realizarse la determinación del título de los anticuerpos de 1 ó 2 cachorros en la camada a las 5 a 6 semanas de edad. Entonces, la vacunación de toda la camada puede calcularse con base a este título, teniendo presente que se ha estimado una vida media de los anticuerpos de 9.5 días. La probabilidad de mayor éxito con la vacunación se obtiene cuando el título de los anticuerpos maternos ha declinado a menos de 1:10. Los títulos por debajo de 1:40 permiten una protección variable, pero ellos pueden interferir con la vacunación.
Para proteger a sus perros adultos, los dueños de mascotas deben estar seguros que la vacunación por parvovirus de su perro está al día. 
A pesar de la vacunación adecuada, un porcentaje pequeño de los perros no desarrollan inmunidad protectora y siguen siendo susceptibles a la infección.
Hasta que el cachorrito haya recibido la serie completa de vacunaciones, los dueños deben tener cuidado al llevar a sus mascotas a los lugares donde se congregan los jóvenes cachorros (por ejemplo, las tiendas de animales, parques, las clases de cachorro, clases de obediencia, la guardería de perro, perreras, y la preparación establecimientos). Establecimientos con buena reputación y programas de entrenamiento reducen el riesgo de exposición por las vacunas que requieren, los exámenes de salud, buena higiene y el aislamiento de cachorritos y perros enfermos.  El contacto con perros infectados y sus locales siempre deben ser evitados.
Por último, no deje que su cachorro o perro adulto para entrar en contacto con la materia fecal de otros perros al caminar o jugar al aire libre. La eliminación rápida y adecuada de los residuos es siempre recomendable como una manera de limitar la propagación de la infección por parvovirus canino, así como otras enfermedades que pueden infectar a los humanos y animales.
Los perros con vómitos o diarrea u otros perros que han sido expuestos a perros enfermos no deben ser tomados para perreras, argumentos de la demostración, parques para perros, u otras áreas donde entrará en contacto con otros perros. Del mismo modo, los perros no vacunados, no deben ser expuestos a perros enfermos o aquellos con un historial de vacunación desconocido. Las personas que están en contacto con perros enfermos o expuestos deben evitar la manipulación de otros perros o al menos lavarse las manos y cambiarse de ropa antes de hacerlo.
Durante la infección enzoótica inicial por CPV en EE.UU., la incidencia en Doberman Pinscher y en Rottweieler parecía ser significativamente mayor que en otras razas. Aunque la verdadera razón todavía no se ha establecido, se sabe que en la mayoría de los Doberman y Rottweiler se produce una seroconversión después de la vacunación con CPV. El incremento del número de vacunas administradas entre las 16 semanas y el año de edad no se recomienda como un medio para favorecer la seroconversión incluso en razas que se considera que no responden.



Fig. 1. Una de las vacunas usadas en la inmunización contra el CPV02, la vacuna además incluye protección contra otras antígenos como el moquillo, la parainfluenza, etc

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