domingo, 28 de noviembre de 2010

Diagnóstico


El diagnóstico de la infección por CPV se basa en la sintomatología, hematología y pruebas para la detección de antígenos de CPV en heces. En la enfermedad aguda se desarrolla una marcada leucopenia y linfopenia en los 7-10 días siguientes  la exposición. La diarrea grave puede estar desarrollada con septicemia gramnegativa (enterobacterias).
Son de gran utilidad los signos clínicos, la historia del paciente, la radiografía de contraste y los exámenes histopatológicos. Las técnicas de laboratorio que se usan para confirmar el diagnóstico son:
1.       Aislamiento en cultivos de células sensibles del parvovirus canino de tipo 2 a partir de las heces de animales infectados
2.      Descubrimiento del Ag en cortes histológicos de la mucosa o en frotis de heces mediante la técnica de inmunofluorescencia
3.      Demostración del parvovirus  en las heces o en tejidos infectados mediantemicroscopía electrónica o inmunoelectromicroscopía
4.      Identificación del parvovirus en las heces usando hematíes de cerdo y la inhibición específica de la hemaglutinación por antisuero frente al parvovirus canino
5.      Descubrimiento de parvovirus en las heces mediante la prueba de ELISA utilizando anticuepos mononucleares frente a la proteína hemoaglutinante del CPV02
6.      Demostración del Ab frente al parvovirus canino en el suero mediante pruebas serológicas tales como la inhibición de la hemoaglutinación, la neutralización vírica, o la prueba ELISA.
7.      Identificación del ácido nucleico del parvovirus en los tejidos infectados mediante la hibridación del DNA
Todos los perros jóvenes con diarrea aguda deben evaluarse utilizando una prueba ELISA, de antígenos fecales. Aunque estas pruebas son muy fiables, el periodo durante el cual puede detectarse el parvovirus en heces es limitado. Un resultado negativo en esta prueba no descarta la infección por CPV. La confirmación patológica de la infección por CPV se basa en la evaluación histológica del duodeno distal y del yeyuno. La necrosis del epitelio de la cripta caracteriza la lesión. El miocardio, especialmente los ventrículos, debería ser evaluado en busca de miocarditis no supurativa; asimismo, deben estudiarse los infiltrados de linfocitos y células plasmáticas en cachorros que mueren por dificultad respiratoria aguda.
El aislamiento viral se puede realizar en varias líneas celulares de origen felino y canino tales como células de riñón, pero este método es poco utilizado dado que se requieren realizar cultivos celulares y esperar al menos 1 semana para obtener el resultado. La prueba de la hemoaglutinación fecal - inhibición de la hemoaglutinación (HA-HI), es un método simple y rápido para detectar el virus en materia fecal y en muestras de tejidos siendo una técnica empleada en varios laboratorios de diagnóstico en USA. Consiste en la hemaglutanizacion de eritrocitos de cerdo o mono rhesus (pH 6,5; 4ºC) con extractos fecales, titulados simultáneamente en presencia de suero de perro inmune y normal. Las muestras de heces de perros con enteritos aguda pueden contener hasta 20. 000 unidades hemaglutinantes por mililitro, lo que equivale a cerca de 109  viriones por gramo de heces. 

Fig. 1. Algunas de las pruebas disponibles en el mercado permiten al MV evaluar posibles casos de parvovirus y así realizar un mejor diagnóstico
 
Sin embargo, la prueba de HA es menos sensible que la ME ó la prueba de enzimo inmunoensayo (ELISA). Por su especificidad se utiliza una segunda prueba de HA, usando el 10% de un extracto de materia fecal del caso sospechoso, con la previa adición al extracto de suero inmune específico ó de anticuerpos monoclonales. En el comercio se encuentran disponibles algunas pruebas basadas en la la técnica de ELISA y en las reacciones de antigeno-anticuerpo con anticuerpos monoclonales específicos fijados sobre plástico, membranas de nitrocelulosa, latex o partículas de oro. Estas pruebas son rápidas, relativamente económicas y pueden realizarse en cualquier clínica veterinaria. La especificidad de las pruebas depende de los anticuerpos usados. Un problema que se presentó en el pasado fue el alto porcentaje de resultados falsos positivos. Un aspecto crítico es el control riguroso de calidad de cada lote de antígeno. En general, alrededor de 103 partículas por gramo de heces pueden ser detectadas por medio de la microscopía electrónica ó por la prueba de ELISA. Las pruebas serológicas tienen un valor limitado para el diagnóstico, dado que generalmente los anticuerpos presentan títulos altos al inicio del cuadro clínico. Sin embargo, la prueba ELISA puede detectar anticuerpos IgM específicos, que aparecen en las etapas tempranas de la infección, desapareciendo entre las 2 y las 3 semanas pos-infección. Recientemente se ha desarrollado un "Inmunocomb Test" (Galeb. Biol. Labs. Israel) semi-cuantitativo, que se encuentra disponible comercialmente. Esta prueba se puede realizar en las clínicas ó en los laboratorios de diagnóstico; ella detecta anticuerpos contra CPV y los títulos se correlacionan bien con los obtenidos mediante la prueba de HI. Una sensibilidad aproximadamente 10 veces más alta, se puede lograr utilizando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pero esta técnica está disponible en pocos laboratorios y ha sido usada principalmente para investigación.
Los síntomas de la infección intestinal por CPV no son específicos. Los perros afectados deben se revaluados en busca de intususcepción, obstrucción intestinal (cuerpo extraño), manifestación aguda de una insuficiencia renal crónica, envenenamiento o intoxicación, parásitos intestinales o hipoadrenocorticismo (enfermedad de Addison).
En un buen diagnostico de debe sospechar de parvovirus en los perros jóvenes con una aparición súbita de vómitos y diarrea, sobre todo si también están deprimidos, o tienen fiebre o leucopenia, o si han estado con perros infectados. En ausencia de leucopenia, los signos clínicos no pueden diferenciarse de las otras enteritis bacterianas o víricas, los cuerpos extraños digestivos con peritonitis o la invaginación, una radiografía abdominal puede revelara una acumulación inespecífica de gas y liquido e íleo (estancamiento del contenido intestinal). Las anomalías bioquímicas suelen incluir hipopotasemia (desequilibrio hidroelectrolitico, una concentración baja de K en el plasma sanguíneo), hipoglucemia, azoemia prerrenal y un aumento de la bilirrubina o las enzimas hepáticas.
Un recuento bajo de leucocitos sugiere infección vírica. El animal puede estar deshidratado, pero los graves vómitos y la diarrea pueden reducir el nivel de proteínas plasmáticas totales y enmascarar la hemoconcentración. El nivel de proteínas plasmáticas totales es bajo, pero los niveles relativos de sodio, potasio y cloro son normales.


Fig .1. a) Ag viral de CPV en los nódulos mesentéricos después de 4 días de la infección oro-nasal (inmunofluorescencia). b) Antígeno viral del CPV ubicado principalmente en el epitelio de las criptas del ileón (Inmunofluorescencia). c) Parículas de CPV en las heces de un perro infectado (fotomicrografía electrónica x30000.

No hay comentarios:

Publicar un comentario